En Caleta Peñuelas, región de Coquimbo, se lanzó programa que busca fortalecer la oferta artesanal, legal y responsable, diferenciando los recursos de origen legal mediante el uso de tecnología y así ofrecer información clara y transparente a la ciudadanía.
La macha es uno de los recursos estrella de la región de Coquimbo, de hecho más del 99% de este recurso con origen legal proviene de esta zona del país. Dado lo anterior y que la pesca ilegal es una de las mayores amenazas para su sustentabilidad, es que este martes, en Coquimbo, se lanzó -de la mano del proyecto PNUD GEF- Humboldt II- el primer programa de trazabilidad para este recurso, que busca fortalecer la oferta artesanal, legal y responsable, diferenciando los recursos de origen legal mediante el uso de tecnología que permita ofrecer información clara y transparente a la ciudadanía.
Este programa, presentado esta semana en la caleta Peñuelas de Coquimbo, se enmarca en el desarrollo del Proyecto PNUD GEF Humboldt, que es ejecutado, entre otras instituciones, por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca).
Este sistema fue impulsado por Sernapesca, las autoridades regionales y las propias organizaciones de pescadores artesanales constituidas al alero de la «mesa de fortalecimiento», que es una instancia público-privada colaborativa, entre los pescadores y las autoridades, que permita coordinar las acciones de cuidado del recurso, combate a la pesca ilegal y promover el consumo responsable de estos recursos.
«A través de un código QR las y los compradores de macha a nivel nacional podrán conocer el origen del recurso, quién, cuándo y dónde lo extrajo. Este es un programa piloto de gran relevancia porque contribuye a la sustentabilidad y promueve el consumo informado y responsable de productos del mar. Además, este sistema le agrega valor a este importante recurso pesquero que en su gran mayoría proviene de esta región», profundizó Juan Santibáñez, jefe de la División de Desarrollo Pesquero de Subpesca.
Asimismo, Santibáñez agregó que el desarrollo de este tipo de proyectos «es una forma concreta de contribuir a la lucha contra la pesca ilegal de este recurso que atenta contra la sustentabilidad, los pescadores, las economías locales y la salubridad también de los consumidores».